LA CONTENCION SEMINAL Y EL EMBRION DE ORO


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Una reflexión acerca del potencial humano olvidado e inexplorado -escondido tal vez- por la cultura judeo-occidental, y el testimonio de mi propia experiencia. Si bien el surgimiento de la vida y la consiguiente evolución de las especies fueron procesos lentos, de millones de años, el salto humano hacia una consciencia cósmica parece haber sido casi instantáneo. La información que he podido encontrar respecto a la contención seminal y el embrión de oro no es mucha, pero tengo la certeza de que las cualidades más increíbles y las posibilidades más insospechadas que podamos transmitir a las nuevas generaciones surgen de la comprensión y aplicación de estos temas.

(EN CONSTRUCCIÓN)

La bibliografía y el debate al respecto son pocos. Casi ninguno digno de destacar. Por ello me veo empujado a escribir mi propia experiencia. Sobre todo hoy en día, en que la crisis espiritual es casi total y la necesidad de respuestas -para aquellas y aquellos que las buscan- es apremiante.
La contención seminal significa que se evita eyacular 
Hay conceptos muy manoseados, y a pesar de encerrar hermosas posibilidades, el solo echo de que pertenezcan a un dogma y sus estructuras, aleja a miles de personas de la oportunidad de comprenderlas en profundidad. Hablo de conceptos como celibato, castidad, virginidad, confesión, entre otros. Sumado a esto que casi nadie le enseña a uno lo que va ha vivir, lo que va ha sentir, lo que va ha experimentar junto con el efervescer del cuerpo durante el paso de la infancia a la adolescencia. No tenemos cómo enterarnos de lo que nos va ha toca vivir, y ese efervescer del cuerpo y los sentidos requiere de una conducción adecuada por parte de quien lo adolece. 

En el mundo indígena se realizan ritos en cada Porque así como surgen nuevos ciudadanos sin conocimiento alguno de educación cívica, surgen nuevos hombres y mujeres sin conocimiento alguno de educación sexual... y ambos temas está tan interrelacionados que pareciera que no se puede avanzar en ninguno sin avanzar en el otro antes. Por lo tanto... ¿podemos esperar que el Estado, a traves de la educación en las escuelas, introduzca poco a poco una educación-consciencia sexual que nos permita llegar a desarrollarnos plenamente como seres humanos sociales? ...no, cierto...entonces, a quién podemos recurrir?

Desde chicos se nos hace creer a los hombres que necesitamos “descargar” cada cierto tiempo nuestros testículos, se nos habla de que si uno no se mansturba le doleran “los cocos”, y andará con una hinchazón tan incómoda que será como andar “picao'e la araña”, así que, lo mejor -dicen- es “correrse una paja”, mansturbarse y listo. Lo mismo si uno va a tener una cita: “correte la paja antes, así no te duelen los cocos si te calientan la sopa y no se la toman”, me dijo un amigo una vez como consejo de macho experimentado. Sin embargo, nadie nos advierte que al mansturbarnos perderemos la tamaña oportunidad de poder desarrollar todo nuestro potencial físico-espiritual. Parece que nadie lo sabe.

Nadie imagina que ese pequeño detalle puede cambiarlo todo.

Soy hijo de uno de los músicos chilenos más famosos de todos los tiempos, a pesar de que no fuera famoso de la farándula. Es decir, como que Sol y Lluvia era famoso pero por fuera del mundo de los famosos. Como que eran reconocidos por la gente en la calle, en las poblaciones, en los ciudades, en los pueblos mas recónditos. Pero no salian en la tele, aún así los conocían en todo Chile y en el mundo.
Digo esto porque desde siempre vi a mi padre rodeado de mucha gente, y como en toda la Naturaleza, operó la fuerza de los instintos. Quiero decir que algo lleva al Hombre a portarse como hombre. Como que fuera el libre albedrío la llave de todo cuanto imaginamos posible e imposible. Propongo esto porque -solo desde mí perspectiva propia e ineludible- tuve la oportunidad de ver durante mi infancia y mi adolescencia, que mi padre poseía una llegada con la gente que nadie más tenía, ni siquiera sus hermanos, que también eran parte de Sol y Lluvia, y que también eran famosos. Algo había -y hay- que hacía que a mi padre la gente lo reconociera y lo siga reconociendo con un cariño que no he vuelto a ver expresado por otra persona... como que la gente lo abraza y lo mira con verdadero cariño y respeto, amor pleno en ocasiones extremas. Ancianos, ancianas, hombres y mujeres de pueblo, jóvenes... todo el mundo siempre quizo saludarlo y abrazarlo, sacarse fotos... Charles, mi padre, aprovechó especialmente las muestras de cariño de las mujeres que llegaban a él.

No eran pocas las mujeres que observaba deseando arrebatarlo del escenario, algunas mas descaradas se le acercaban a ofrecerse, otras que se daban cuenta que yo era su hijo me pedian que les hiciera gancho, otras trataban de hacerse mis amigas para llegar a él, otras lo miraban de lejos y le sonreian, pero siempre les sacaba el rollo, siempre comprendía su verdadera intención. Charles cada vez que podía, a la mas mínima mirada o gesto de una mujer, fuera soltera, casada o viuda, linda o fea, joven o vieja, atacaba. Llegó a autodefinirse un “depredador sexual”, y esto abiertamente sabido y aceptado por mi madre y por el resto de la familia y vecinos. Es decir, podríamos hablar de que Charles representa un tipo moderno de Cacique Urbano... o algo así.

Esto fue para mí una hermosa oportunidad, porque me hiso considerar mi propia sexualidad como algo muy sagrado, digno de cuidar y comprender. Digo comprender porque la verdad que recién estaba comenzando a enfrentar mi efervecer sexual cuando dimensioné la profundidad del tema: lo que llegaba a sentir en la esfera de lo sexual involucraba tan intensamente todo lo que era que facilmente podía transformarse en un vicio.
Casi dejando de ser niño viví mi primer amor y mi primer desengaño. Fue un inocente pololeo de besos y tomadas de mano, pero sufrí como si el mundo se fuera a acabar, y sentí un dolor tan intenso que me parecía más físico que emocional. Como si realmente el corazón doliera y la garganta se anudara. Pero sobreviví, y comprendí que todo ese dolor indicaba peligro... es decir, iniciar relaciones amorosas significa tal compromiso que asumirlo conlleva un riesgo real de salir lastimado. Por años me mantuve “virgen” y me dediqué sólo a atinar con minas o amigas hasta grado 2 (como diría el Rumpi) pero llegadas las cosas a una temperatura más alta me bajaba y me disculpaba. Todas, sin excepción, comprendían mi argumento y seguíamos atinando en grado 2 y siendo amigos. Mi argumento, el sueño de todas -pienso yo “que su enamorado las espere hasta el fin”-, era que esperaba perder mi virginidad al encontrar la mujer indicada y entregarme por amor... mmmmhhhhmmm... Por años me guardé esperando ese momento, y al final como que no supe bien qué pasó. Es decir, a la vuelta de los años apareció un antiguo amor platónico (ella me gustaba y no sabía que yo existía) apareció ya más mujer y yo más hombre, ahora ella interesada en mí y pum. Estuve “enviciado” un tiempo hasta que el desengaño y el dolor volvieron a sacudirme, pero ahora tenía la experiencia carnal de lo vacío y agotador que era el sexo sin amor. Porque de verdad que existe una diferencia total entre hacer el amor y fornicar. Y sí que se hace difícil contener el impulso sexual en medio de una ciudad.

Entonces, vengo en este texto a plantear mi propia experiencia en el ámbito de la Contención Seminal...
(pazciencia que voy de a poco escribiendo)...


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